La Pasión riosecana presume de momentos muy tradicionales, casi siempre con una carga emocional inmensa. Por estas escaleras del atrio de Santiago, con la espectacular fachada plateresca como telón de fondo, sube el paso de la Desnudez rememorando aquellas antañas procesiones en las que las cofradías entraban en todos los templos para realizar estación de penitencia.

 Por aquí también discurre la procesión de las Palmas con el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la popular Borriquilla, que sale de este templo el Domingo de Ramos. El Martes Santo parte la procesión en la que desde el año 2010 se porta el Cristo de la Clemencia, obra del siglo XVI de Pedro de Bolduque.

Y el Miércoles Santo se celebra un Vía Crucis con el Cristo del Amparo, que al llegar a esta iglesia se encuentra con la Virgen Dolorosa.