La Semana Santa riosecana tiene su particular banda sonora. Junto al golpeo de las horquillas y faroles en el suelo, El Pardal y los Tapetanes son dos de los elementos más tradicionales de la Semana Santa riosecana y desde el siglo XVII ya aparecen en la documentación conservada. El Pardal es una figura que, con un toque muy característico, va anunciando la llegada de la procesión, mientras que los Tapetanes, son niños cofrades que, con una especie de tambores de madera y cuero cubierto de tela, van bajo los pasos recordando la pasión de Jesús. Su toque peculiar, monótono, no vibrante simboliza el Calvario de Cristo.
En esta particular banda sonora tampoco hay que olvidar las marchas procesionales que acompañan el discurrir de los pasos, que interpretan bandas y agrupaciones locales y foráneas.