Antes de que partan las principales procesiones tiene lugar el popular desfile de gremios, cuyo origen hay que buscarlo en los siglos XVII y XVIII. Las cofradías históricas fueron delegando en los gremios para procesionar los pasos. Éstos dispusieron que las insignias y miembros de las tres cofradías debían ir a recogerlos a sus casas.

Los cofrades se han reunido en el lugar donde les ha convocado el mayordomo de su respectiva cofradía para agasajarles con un refrigerio, conocido aquí como refresco. Tras compartir unos momentos entrañables de confraternidad y convivencia, se llevará a cabo el acto de tallar el paso, que no es más que medir la altura de todos los hermanos cofrades que van a portar el paso en la procesión.  Será el momento de asignar por altura los distintos puestos del tablero. Los más bajos llevarán unos tacos supletorios de madera.

Se iniciará así la recogida de todas las cofradías participantes en cada procesión, en el llamado desfile de gremios, que conduce El Pardal. Un acto genuino de Rioseco, en el que los afortunados cofrades que horas más tarde cargarán con los pasos, desfilarán con el orgullo de ser los elegidos, ante los ánimos del resto de sus hermanos.